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¿Me propongo ser feliz?

¿Me propongo ser feliz?

La felicidad no es una meta; es un estado de satisfacción. No puede ir al plan de trabajo, ni alcanzarse por imposiciones. No es feliz el que más tenga, sino el que disfrute lo que posee, aunque siempre sea inconmensurablemente menos que los demás.

 

Para ser feliz no basta tener dinero. Ni otras riquezas. No son necesarios un auto y una buena casa. La muestra es que el pobre cifra sus esperanzas de ser feliz para cuando tenga dinero, pero ¿y el rico que lo tiene, pero no es feliz, cómo lo resolverá?

 

La salud sí es necesaria, y ese es el punto de partida hacia la felicidad; la deben acompañar un respeto hacia los ajeno y a uno mismo, una permanente sonrisa y el espíritu solidario sincero, no el aparente.

 

La felicidad no se encuentra en los lugares a donde vamos: siempre la llevamos dentro. Quiere decir que puede estar en el desierto o en las grandes ciudades; en el barrio pobre o en la cima de la montaña; a orillas del mar o en la selva agreste.

 

Por eso debemos pensar que hoy será siempre el día más bello; que lo más fácil en la vida es equivocarse y que nuestro mayor obstáculo es el miedo. No debemos olvidar que el peor de todos los males es el egoísmo y que la distracción mayor es el trabajo.

 

Para ser felices debemos tener presente ser útiles a los demás, relegar el  mal humor y repletarnos de optimismo para obtener la necesaria paz interior. El problema está en que si no sacamos al mentiroso que como humanos podemos llevar dentro y extirpamos el rencor, difícilmente alcanzaremos a ser felices.

 

Y cuando afirmo esto último es porque la convivencia me ha demostrado que estamos rodeados de un mar de ellos, que tienen una extraordinaria capacidad para el engaño y viven con las citas de clásicos en los labios, cuando apenas conocen las obras.

 

En los estudios se considera que la forma más rápida de llegar es la recta y en la vida la vía expedita es el camino correcto, porque a ambos lados vamos sembrando amor, tranquilidad, confianza, esperanzas. A la par que vamos desbrozando los marabuzales de la incompetencia.

 La meditación es necesaria, no se puede ir por la vida arremetiendo contra todos y viendo manchas negras en los soles que nos rodean, criticando lo que no nos resulta conveniente y mientras, no aportamos a las soluciones que es lo más saludable. No se trata de frases hechas ni palabras huecas, si las razonamos y más que eso, si profundizamos en su contenido en  la práctica diaria, veremos que la felicidad puede ir junto a nosotros si nos lo proponemos.

Es necesario despertar al Pequeño Príncipe que llevamos dentro, sí el mismo que está en el libro de cuentos, y que nos aporta más enseñanzas que los años vividos, porque es la sabiduría acumulada de la sociedad.

 

La felicidad no es tratar de alcanzar a cualquier precio lo que nos falta, sino de disfrutar con intensidad lo que tenemos.

 

Recién encontré un pensamiento, no sé de quien es, que merece cerrar este trabajo: “Una persona feliz no es alguien que se halla en una determinada serie de circunstancias, sino mas bien alguien que adopta una determinada serie de actitudes”.

8 comentarios

Victor -

No se de que fuentes confiables habla senora,a los norteamericanos les permiten viajar a todo el mundo y si conocen la realidad de cuba,hay algo que los cubanos de la isla no entienden y es que el pueblo americano se solidariza con nuestra causa,econ el cubano de adentro pero no se la pasan como ustedes creen hablando todo el tiempo de cuba,ademas el americano puede viajar a donde quiera,a donde la parezca,conoce,pasea,vacaciona,no se de que habla,si somos los cubanos,los unicos en el mundo que no podemos viajar,ni conocer,ni comparar.
Digame de un cubano en la isla que no viva de lo que un familiar en el extranjero le mande,usted no lo hace?,no la ayuda un hermano,un primo,un tio,un papa,un cunado,un sobrino,un esposo?,por favor.
Nosotros aunque estemos lejos seguimos teniendo un himno,seguimos teniendo nuestra tierra,seguimos anorando la libertad,pues despues que se conoce,ya no se puede vivir en ella y pedimos cada dia porque nuestros hermanos,puedan disfrutarla tambien.
Le cuento,yo estoy totalmente en contra de este presidente ,pero el solo es presidente por 4 anos,elegido por el pueblo,ok,nos equivocamos ,tenemos el derecho de escoger otro,ustedes no,yo puedo pararme en el medio de la calle y gritar abajo Bush,usted no.
No deberia ser tan ferviente defensora de lo que tiene pues no conoce nada mas,no ha visto nada mas,no va a lograr nada mas en unpais sindemocracia y sin libertad.

Tania -

Las fuentes confiables èxisten y podrìan aumentar. Que dejen a los norteamericanso viajar a Cuba y ver su realidad con sus propios ojos: austeridad sì, dificultades económicas también; pero una gran prioridad a lo social y a la existencia humana, incluidas las personas discapacitadas que en cualquier parte del mundo quedan al margen del fetichismo comercial, pues no son vistas como personas, sino como compradores del gran mercado.
Se pueden tener llenos los armarios y el corazón muy huèrfano.

Andy -

Señor Ortega. ¿Por què usted no se pregunta còmo pueden vivir felices quienes se suman a la voz de Bush y piden invasiones y derramamiento de sangre para quienes viven en una pequeña isla que no invade a ningùn paìs?.
En cualquier sitio del mundo, señor Ortega, cualquier ser humano tiene derecho a ser feliz a su manera.
Cada pueblo tiene derecho a escoger sus destinos. ¿Por què usted no le pide a Bush que se retire de Irak con tanto llanto norteamericano e irakì que se derrama allì?.

Tania -

La respuesta a la pregunta de cómo se puede ser feliz con Fidel Castro es muy fácil de responder y en el menor espacio posible:
-No tenemos que pedirle permiso a nadie para hacer de Cuba lo que queramos, ni aún al tío San Juan que se cree dueño del mundo.
-Tenemos la salud médica gratuita, que no es lujosa, pero con los índices de mortalidad más bajos de América; la mortalidad infantil inferior a muchos países desarrollados, incluyendo a EEUU.
-Tenemos una de las tasas de supervivencia mayores del Continente, 76 años.
-A pesar del bloqueo y de las dificultades económicas en Cuba nadie se acuesta sin comer.
-Todos los niños, sin excepción, van a la escuela, no andan descalzos, ni mendigan en masas como muchos países.
-No tenemos ciudadanos de los llamados “sin hogar” viviendo en parques.
-Nuestros jóvenes no van a las escuelas a matarse a tiros, sino a estudiar, y luego egresan con un nivel de instrucción superior a los estudiantes de los propios Estados Unidos.
-Nuestros jóvenes no son adictos a la droga, no hay la violencia de las calles de muchos países vecinos.

La lista es larga para seguir demostrándolo, pero mi blog es para hablar de amor y felicidad, no de estupideces de amargados que me recuerdan a la madre del Príncipe de Granada, en España, cuando los reyes Católicos la reconquistaron, que su madre le dijo: “Hijo, no llores con lágrimas de mujer, lo que no supiste defender como hombre”
Además el señor no quiere decir si vive en Cuba o fuera. Si vive fuera debe desconocer muchas cosas de su país y si vive dentro, a pesar de odiar a Fidel, se beneficia cada día de las bondades de la Revolución.


Yo -

Sencillo, muy sencillo. Ven y prueba. Pero ven con los ojos bien abierto para que no tegirverses nuestra realidad.

Tania -

Un señor, de nombre intrascendente y mentalidad oxidada por la nostalgia ha escrito a mi blog, con cuanta lástima he leído su opinión, porque imagino que es muy difícil vivir sin sentir el calor de la tierra amada, del canto de los pájaros que nos acompañaron en la niñez y que no es igual al que convive en otras latitudes, donde se está prestado por un tiempo indefinido.
Debe ser muy difícil no tener un himno y una bandera propios, no percibir el aroma de las flores que nos alegran en fiesta y que nos dan la tranquilidad en la tumba de nuestros difuntos: Pero más triste es aún querer pensar por otros, imaginar que la felicidad está en un sistema político o en otro, cuando todo encierra una belleza diferente, pero hay que tener ojos para verla.
Los cubanos de adentro, quizás con menos alimentos en el estómago, sin ropa de marca, ni bisutería y oropel, también sabemos ser felices a nuestra manera, porque la cantidad de cosas materiales que nos faltan, las tenemos recompensadas con otras de más valor, pero que no se pueden ver en la distancia: cada gente las lleva en el corazón y ese se abre solo a los grandes amigos.

Tania -

Gracias Maria por tu comentario, me alegra muchisimo que te haya gustado en verdad esta lindo.

maria martha -

Me encanto ,que lindo,que real y cuanto para aprender en tus palabras,ojala y seas tu muy feliz,un beso